La última batalla del movimiento estudiantil universitario del siglo XX

Articulo de Clarin 6 de febrero de 1996. Foto en la puerta del Pabellón Argentina, el día de la asamblea universitaria
Articulo de Clarin 6 de febrero de 1996.
Foto en la puerta del Pabellón Argentina, el día de la asamblea universitaria

Articulo de Clarin 6 de febrero de 1996.
Foto en la puerta del Pabellón Argentina, el día de la asamblea universitaria

Corría el año 1996 y era el mejor momento de la década menemista neo liberal, el paso de ese modelo se hacía sentir fuerte en la universidad pública. Lejos estaba el 19 y 20 de diciembre de 2001.

Luego de meses de lucha de un movimiento estudiantil universitario aparentemente desarticulado, el cual presentó batalla a la envestida liberal en la universidad, los monopolios preparaban el golpe final para con la universidad pública. Quizás esa fue una de las últimas resistencias del Movimiento Estudiantil Universitario, del Siglo XX, en una punta de la historia la reforma universitaria de 1918, en la otra la resistencia a la L.E.S. neoliberal aprobada en 1995.

Con la nueva Ley de Educación Superior aprobada en el Congreso de la Nación, solo bastaba aplicarla en cada Universidad. Mediante la sesión de la Asamblea universitaria (instancia máxima, única que puede modificar los estatutos de la UN y adecuarlas a la Ley) seria el mecanismo para que la retrograda ley fuese una realidad en nuestra universidad. En el caso de Córdoba el aún latente pero espasmódico movimiento estudiantil universitario, evitó que la Asamblea universitaria de diciembre de 1995 lo hiciera. Pero en febrero de 1996 la Asamblea universitaria se pudo constituir, gracias en parte a la claudicación de algunos sectores, y el desgaste de un proceso largo de lucha, para de esa forma aprobar la adecuación de los estatutos a la Ley, según lo dictado por el Banco Mundial y el FMI

En el pabellón Argentina fue el punto de encuentro de dos contradicciones aun latentes en nuestra historia política. Adentro quienes creían que no se podía resistir más y que era necesario comprender los tiempos, además de quienes estaban comprometidos con el modelo neoliberal,  y afuera quienes creíamos que ante, el todo o nada del modelo neoliberal, el único camino era la resistencia sin entregar un solo metro, buscando nuevos escenarios donde cambiar las correlaciones de fuerzas en nuestro país.

La suerte estaba echada, la balanza política e histórica estaba del lado de los menos y claro quedaba que no sería ese el último combate contra el modelo y no sería en ese contexto histórico donde se produciría el salto de la resistencia.


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