Fueron, son y serán los más sangrientos criminales

Primera audiencia del juicio a Videla, Menéndez y otros represores

Por Esoj ((i))

Como bestias enjauladas, se mueven inquietos salpicados de sangre de su victimas, imposibilitados de poder mostrar su soberbio poder.

Videla camina, se para, ninguno de sus subordinados habla con él. Tiene el mismo rostro macabro de siempre. Menéndez se retira: No habla con quien considero que fue un blando por no liquidar a más militantes. Pero a esta altura del campeonato de crímenes ya no importa quién mato más. No hay aire dentro de su pecera de seguridad, donde los represores genocidas comparten, aquel habitáculo que poco a poco se llena de verdad gritada desde las calles y plazas de nuestro pueblo.

No tienen el poder de otros tiempos, pero se muestran vencedores. El hombre que 32 años antes se mostraba impune, triunfante en un mundial de futbol que le dejo a él y su Junta, muchos dólares para agigantar sus bolsillos y ampliar su botín de guerra. Hoy se ve nuevamente beneficiado  por la expectativa del mundial que  tapa en parte el juicio. Viendo su rostro no quedan dudas que a Videla le gustaría poder sobrevolar nuevamente con su manto de terror las plazas que reclaman y reclaman justicia.

La confrontación se vive en la sala de audiencia del tribunal Federal  Nº 1 a cargo del presidente del Tribunal Jaime Díaz Gavier. Los símbolos son disputados, en todos los planos se busca hacer justicia. No tan solo como memoria. Sino como forma de marcar presencia frente a tanta ausencia.

El Juez ordena sacarse o cubrir las remeras alusivas al homenaje a los fusilados. Dice que es para evitar fricciones. Los familiares acatan el pedido. Pero en el sector donde se encuentran los familiares de los verdugos, hay una mujer que se destaca por querer mostrarse como la sucesora de Pando. Ella se cubre con una bandera Argentina y su postura es de una prepotencia tal que genera insulto y agravio a los familiares de los fusilados. La mujer continúa tapándose con la bandera Argentina. Una joven mujer, familiar de uno de los fusilados sentencia “…no tiene derecho, ni autoridad para portar la bandera….”

La bandera que representa al Estado que ellos usurparon y vaciaron y al país que enlutaron con la sangre derramada de revolucionarios/as continúa en el cuerpo de aquella mujer, transformándose ella en una serpiente donde anida el huevo que tanto terror y muerte generó en nuestro pueblo.

Pero la dignidad de los caídos es mucho más grande que toda la miseria y crímenes cometidos por estas bestias.

No nos han vencido.


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