Nací bajo dictadura, luego vino una peor, la peor de la historia, luego del horror, vino la esperanza democrática y con ella las compresibles ilusiones.
Pronto el FMI ajusto las cuerdas y al Plan Primavera le vino el plan Austral, levantamientos militares, la hiperinflación en el gobierno de Alfonsín.
A esto le siguió la falsa promesa menemista de salariaso y revolución productiva con su convertivilidad y el famoso 1a1. En paralelo con la caída del bloque socialista, la utopía del Siglo XX parecía llegar a su fin.
Con el inicio del nuevo Siglo, la malaria neo-liberal nos llevó al abismo y a la desocupación y hambrunas le siguió el se vayan todos y saltaban los presidentes. La represión y muerte fue la política publica de los dueños de la Argentina.
Pese a ello se volvia a respirar que algo distinto por fin se podía hacer en nuestro pais. El protagonismo popular y las luchas por más derechos signaron toda una etapa llena de avances y retrocesos y planes en el tintero.
La revolución de la alegría nos puso como pueblo contra las cuerdas y de nuevo en una espiral descendiente.
Envalentonados y llenos de soberbia apostaron a la radicalidad por derecha y llenos de avaricia vinieron por más. Negaron vacunas y pandemias, llevaron a su máximo esplendor a las FakeNewss, pusieron en tela de juicio la redondez de la tierra y hasta se permitieron dudar del calentamiento global.
Hoy, en su canto de sirenas, le hicieron creer a gran parte del pueblo que la salida es por fondo del mar. Y que hasta es necesario aplicar una violencia sin igual para garantizar su libre mercado.
Y llegamos hasta aquí, el momento de los tres tercios. Donde por las tardes pensamos que lo peor esta por venir …. Como si lo vivido hasta esta etapa hubiese sido un paseo por un parque de diversiones, sin obstáculos e incertidumbres algunas.
En su delirio mesiánico, el peluca no puede ver algo que no esta en los manuales de sus economistas austriacos o de la Escuela de Chicago, y eso es la capacidad de resistencia de nuestros cuerpos en modo colectivo y nuestros susurros de la memoria histórica, que señalan los senderos por donde seguir.
Texto: José Fernández ★
Descubre más desde Opiniones al margen
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
