Sonaron las alarmas

Atónitos quedamos al ver como un país ataca a otro en nombre de vaya a saber que Dios o argumento de respuesta en venganza a cual hecho.

Sentimos como la humanidad retrocede cuando se levanta una voz que tras su ataque no oculta la voluntad de aniquilar, exterminar, borrar a de la faz de la tierra a una población.

La lluvia de misiles no podrá con un pueblo que ha demostrado históricamente y hoy nuevamente lo hace, en tener la suficiente valentía y voluntad de no desaparecer.

Los números son más que elocuentes, ya son más de 35.000 muertos, casi la mitad de ellos niñas y niños. Miles de desaparecidos bajo los escombros. Más de 20.000 niñas y niños han quedado huérfanos. Además más del 75% de la infraestructura del país ha sido dañada de forma permanente. Este es el saldo del ataque de Israel en los últimos 6 meses sobre Palestina.


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