No lo saben, pero podría ser peor.
Las cadenas se tensan, sube y baja la hamaca.
Una bandada de palomas toma vuelo, las copas de los árboles se mueven erraticamente.
El viento lleva el dolor y la alegría, la esperanza y la resignación.
Corridas, saltos, tropiezos y gritos.
Es una Plaza.
Hay velocidad y calma, transeúntes y sedentarios. Y hasta nómadas de otras plazas.
En una se grita como si nada y en la otra se juega la Patria.
Cae la noche, solo queda saber transitarla.
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