Las chicas finalmente ciudadanas croatas

Somos la suma de todas las migraciones, de todas las hambrunas, de todas las guerras. Somos el fruto de un sinfín de encuentros y desencuentros, de mezclas y cruces culturales. No tenemos raíces, tenemos alas.

Porque la vida es un viaje, y nosotros somos viajeros incansables. Viajamos en el tiempo, en el espacio, en nuestros propios sueños. Y aunque lleguemos a un lugar y nos quedemos, siempre habrá una parte de nosotros que sigue andando, que sigue buscando.

Somos como ríos que fluyen, como semillas que germinan, como hojas que se mueven al viento. Y mientras sigamos en movimiento, la vida seguirá floreciendo.


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