Un par de días antes de fallecer, le pudimos hacer llegar un justo y merecido reconocimiento de la Federación de Ajedrez – Provincia de Córdoba.
Mi hermana Paula fue quien le pudo leer el honor.
“Papá estaba con morfina”, recuerda Paula,”y le costaba mantener la atención. Pero le dije que escuchara y cuando le explique de que se trataba, se quedo quieto en alerta. Le pude leer todo, lo felicite y le pregunte que debía responder”.
“Fenomenal”, dijo.

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