Grupos libertarios y funcionarios alineados con el gobierno de Milei intensifican los ataques contra sitios de memoria, mientras la sociedad responde con movilizaciones masivas que reivindican la lucha por la verdad y la justicia.
A bordo de un Falcon verde, un grupo libertario de San Isidro realizó pintadas sobre murales que celebraban la recuperación del nieto 138. En un video publicado por los propios atacantes, expresaron: “Venimos a tapar las mentiras que se dijeron durante años”. Este ataque negacionista fue posterior al realizado por Ramiro Marras, legislador libertario de la ciudad de Buenos Aires, quien había tapado un mural con la consigna “30.000 desaparecidos presentes” y en referencia a la recuperación del nieto 138.
Pocos días después de estos ataques, el 25 de enero, Abuelas de Plaza de Mayo anunció que encontró a la Nieta139.
El inicio de 2025 se perfiló con una ofensiva negacionista, bien enunciada en los discursos nazifascistas libertarios, que se vieron opacados por la escandalosa estafa de la libra, una criptomoneda encabezada por Milei.
La estrategia pasó de actos irregulares y periféricos a política de Estado, emulando lo ocurrido en la década de 1970, cuando se pasó del accionar paramilitar de la Triple A a la institucionalización de la represión mediante el golpe de Estado.
En esa línea de pseudo “batalla cultural”, el discurso de “Memoria completa”, emitido el 24 de marzo por el gobierno de Milei y pronunciado por el director de la Fundación Faro, Agustín Laje, ordena una nueva oleada de actos negacionistas estatales, ocurridos desde el 24 de marzo y que continúan en desarrollo.
El 25 de marzo, se conoció la remoción y destrucción del monumento patagónico que evoca la memoria del historiador y periodista Osvaldo Bayer. Este repudiable acto fue ejecutado por Vialidad Nacional, bajo la excusa de que obstruía la visibilidad en la zona.
En la provincia de Córdoba, dos actos negacionistas fueron llevados a cabo por intendentes municipales. El primero ocurrió en Jesús María, donde el intendente radical Federico Zárate repintó, el mismo 24 de marzo, el Monumento a los Derechos Humanos, tapando el pañuelo de las Madres de Plaza de Mayo.
En 2018, la Mesa Regional de Derechos Humanos, con el aval del municipio, había pintado pañuelos blancos en las cuatro caras del monumento, simbolizando la lucha de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo.
El otro acto ocurrió dos días después del 24 de marzo, cuando la intendenta Sara Majorel ordenó retirar de la “Plazoleta de los escritores” una escultura reciente, símbolo de las Madres de Plaza de Mayo. La intendenta radical del PRO, alineada con el gobierno de Milei, adujo que la obra no contaba con la autorización municipal correspondiente.
En febrero pasado, habían vandalizado murales que evocan los Derechos Humanos y al colectivo trans. Los ataques ocurrieron en la Ciudad Universitaria de la UNC, sobre los rostros de Sonia Torres, titular de Abuelas de Plaza de Mayo de la filial Córdoba, y de Eugenio Talbot Wright, histórico militante cordobés del colectivo LGBT, hijo de desaparecidos.
Nada hace pensar que los ataques se detendrán, pero tampoco que la memoria y la lucha por la verdad y la justicia podrán ser silenciadas. Las 150.000 personas que marcharon por las calles de Córdoba el pasado 24 de marzo, el millón en Buenos Aires y los cientos de miles en todo el país así lo demuestran. En la batalla cultural, están perdiendo terreno.
Podrán tapar la memoria, pero no detendrán la primavera.
Texto: José Fernández ☆
Imagen: Momento de la extracción del monumento a las Madres y abuelas de Plaza de Mayo en Marcos Juárez.
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