No me asombra que Mirtha Legrand sea invitada a almorzar a la Casa Rosada, mientras lxs pobres tengan que acampar en las afueras de los edificios ministeriales para que sus reclamos de comida sean escuchados.
No me extraña que la CEOcracia gobierne para sus empresas y sean tan eficientes para garantizarles millonarias ganancias por minutos, mientras generan cientos de pobres por minuto. Y que al tarifazo le digan sinceramiento.
No me extraña que el mismo gobierno que le pide perdón a las corruptas empresas españolas que nos saquean, sea el mismo gobierno que saque de la órbita del control político a las FFAA.
Mucho menos me extraña que le permitan a los EEUU poner sus bases militares en nuestro territorio y a la par se esté elevando el nivel de represión y criminalización de nuestro pueblo.
No me extraña que el mismo gobierno que cierra la industria nacional, sea el mismo que pone como modelo de promoción de empleo un millonario subsidio del ESTADO para McDonald’s; sea el que hoy dice literalmente que hay que hacer bajar el poder adquisitivo de lxs laburantes para que su plan cierre.
No me llama la atención que este gobierno estimule el monopolio en la comunicación apostando más que la libertad de prensa a la libertad de empresas.
Tampoco me extraña que el mismo gobierno que prepara el blanqueo de capital de dinero de dudosa procedencia, sea el mismo cuyo presidente dice con total caradurez que traerá sus dolares desde las Bahamas como acto patrio y omite decir que hará con sus cuentas offshore.
NO me desconcierta que el mismo gobierno que habla de ética y su cruzada contra la corrupción, tenga como presidente a un tipo que le aparecen cuentas offshore todos los días.
Lo que si me extraña es que, más allá de lo que cada unx pusiera en las urnas en las elecciones pasadas, se continúe impavidamente esperando la revolución de la alegría, la misma que cínicamente se llamo en los años noventa, la revolución productiva.