Dentro de tanta incertidumbre, una pequeña batalla se libró en Oran – Salta, un hecho que podría ser mínimo ante la luz de lo ocurrido en Brasil, pero vale como ejemplo de lo que logran las acciones del campo popular.
El viernes por la tarde fueron liberados los dos obreros detenidos por reclamar la reincorporación de sus 180 compañeros zafreros despedidos de la empresa Tabacal. Más de un mes de detención, más de 15 días de huelga de hambre, frente a un poder político dispuesto a ejecutar el escarnio y un poder judicial servicial a la oligarquía y las multinacionales.
Fueron invisibilizados y criminalizados los humildes trabajadores detenidos en Oran, sus causas judiciales continúan abiertas, pero ellos prometen no bajar los brazos. Pasa que se los ha llevado al punto donde el hambre no te la opción de darse por vencido.
Podrían haber continuado detenidos varias semanas y/o meses más, ser rehenes de una patronal que no duda poner el factor hambre como pieza de negociación, o la cárcel, por si no aceptaran las condiciones. Solo basta recordar las historias de desapariciones que cargan en sus espaldas esas empresas durante todo el siglo XX para no dudar un instante de la calidad de monstros que son.
Las luchas y conquistas del campo popular siempre costaron mucho, pero mucho más de lo que podemos imaginar, las metáforas no alcanzan a describir dolor, los datos no llegar a dar testimonio de lo que verdaderamente cuesta en el cuero esos pequeños triunfos arrebatados al poder.
De las muchas imágenes del momento de libertad que enviaron, me quedo con dos fotos. En una están en las afueras de la comisaria junto a sus compañerxs de trabajo, lucha y de vida y la otra es la de Moreno, uno de los trabajadores gremialistas detenidos que se lo ve mucho más flaco que cuando entró y se va de la mano de su compañera que mira para atrás y sonríe sintiendo el valor de la batalla ganada.
La causa judicial contra ellos continúa abierta, la resistencia de lxs trabajadorxs también.
Texto: @JoseComunicando