Esa es mi hermana …

Voy a relatar una breve historia que debe ser contada y no olvidada, por lo menos para mi.
Cuando chicxs viviamos en un barrio de familias trabajadorxs, un barrio donde lo que unx era se hacia valer en la vereda, a las piñas y patadas. Con carácter y sin mostrar debilidad.
Corrían los fines de los años 70 y todo bien material por insignificante que fuese era un bien preciado y debía ser defendido como la calle te enseña.-

Esto puede parecerles increíble, pero detrás de mi hermana Graciela hay una chica, que sabe peliar con uñas y dientes..

Yo doy fe, puedo atestiguar.
Una tarde de verano me encontraba jugado a las figuritas en la entrada del edificio donde vivíamos, sobre la calle Peredo en barrio Güemes (hoy es medio cheto, pero en aquel tiempo les aseguro que era el punto opuesto) y mis preciadas y escasas figuritas daban duro contra la pared en un juego que ganas o perdés según la distancia de la pared, en una constante lotería de tus capacidades para dejarlas caer lo mas cerca del muro. Me encontraba rodeado de vecinos de la cuadra y acompañado de Gracielita.
Como todo juego infantil, el azar cruza de lado a lado los periplos lúdicos del desafío de crecer. En ese contexto, una jugada extraña se planteo ante nostrxs. Mis figuritas habían caído muy cerca de la pared y la diferencia en milímetros con mi contrincante hacia que solo pudiese ser resuelto de modo microscópico por ojos de halcones. Este hecho hacia que la resolución fuese de modo corporal, osea por imposición.
Pero resulta que mi contrincante me llevaba varios cuerpos de distancia y me dejaba en un lugar claramente de desventaja. Pese a mi reclamo de ser yo el ganador, la realidad de la correlación de fuerzas se impuso y se decreto que yo era el perdedor. Acto seguido, el falso ganador, levanto las figuritas y se predisponía a retirarse con todas las mías que yacían en el vereda…
Mi reclamo no lograba torcer la impuesta voluntad y mi bronca subía por los poros de esa tarde de verano. Y fue entonces donde ocurrió algo inesperado, Graciela grito: ¡¡¡Mi hermano ganó!!! y al mismo tiempo reclamo que me devolviera las figuritas… Como si se tratara de la defensa de un clan, la flacucha salto sobre le cuerpo de mi contrincante que estaba por retirarse con el botín y mientras clavaba sus dientes, el chico gritaba y trataba de sacarse de encima a mi hermana….
La escena es cómica en mi memoria, pero a la vez inesperada…. Mientras el chico gritaba, los hermanos miraban despavoridos lo que ocurría y sin capacidad de reacción.
Graciela ya había lacerado en varios lugares de su espalda y brazos al mal perdedor, logrando que el mismo arroje todas las figuritas y salga corriendo por la calle rumbo a su casa…
Esa es mi hermana….
Los años nos ha llevado por distintos caminos pero siempre en paralelo, yo siempre se que está allí, lista para saltar.
Hace unos días la vi caminado por la cordillera, y no me extraño, yo se de que está hecha.
¡Feliz cumple Gra!

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