En el último año nuestra sociedad ha vivido como pocas veces, un escenario tan nítido donde se puede observar de forma cristalizada los principales motivos de la existencia de la institución policial. El ejercicio del control social por parte de las fuerzas represivas de la mano del código de faltas y el creciente número de asesinatos de jóvenes de sectores humildes por parte de la policía, pone en manifiesto hasta donde están dispuestos a llegar los poderes para garantizar la gobernabilidad.
Decía que como sociedad estamos viviendo un peligroso juego de pinzas que desde el gobierno de ejecuta contra los sectores populares, y prueba de ello es la política de criminalización de la pobreza y de las luchas.
Hace pocos días nuestra ciudad vivió en una semana tres hechos que corroboran lo antes afirmado:
1.- (10/06/14) La imputación por del delito de usurpación a 244 personas que ocuparon tierras para la construcción de viviendas en la localidad de Juarez Celman.
2.- (11/06/14) La bestial represión y detención de 26 personas el día que se aprobó la Ley de convivencia ambiental, dejando un saldo judicial de 23 personas con causa penal abierta. .
3.- (17/96/14) Aparecía colgado en una celda de la comisaria N° 19 un joven detenido acusado de haber cometido un robo.
Todos estos hechos transcurrieron en un contexto de policialización de la ciudad, y un discurso desde los mandos policiales (avalado por el gobierno), el cual afirma que la fuerza busca deliberadamente recuperar el terreno perdido luego de los saqueos ocurridos el 3 y 4 de diciembre del año pasado ante el acuartelamiento policial.
En siete días el saldo represivo fue de 270 personas imputadas penalmente y un joven colgado en una celda de una comisaria. Esto sin contar las innumerables personas heridas en la protesta contra la Ley Monsanto.
Otro aspecto preocupante, es el efecto que genera estas situaciones en gran parte de la sociedad, la cual por diversos motivos corre su umbral de sensibilidad a puntos superiores, permitiéndose de esta forma el acostumbramiento al nuevo escenario represivo, olvidando o no viendo la nueva coyuntura donde se pierde elementales derechos.
En este escenario aparente pesimista, hay un sector de la sociedad que no se resigna y busca abrir caminos para reclamar por sus indiscutibles derechos violados.
El jueves 19 de junio el centro de Córdoba fue testigo de una multitudinaria movilización contra la represión, la cual aglutinó a familiares y amigos de víctimas de distintos casos de gatillo fácil, abuso policial, de jóvenes de sectores humildes que están literalmente podridos del código de faltas, de integrantes de asambleas socio ambientales, de representantes de distintas fuerzas políticas y sociales.
Sin dudas, lo que se pudo observar en la calle, fue un diverso abanico de distintos sectores del campo popular que resisten en clave de supervivencia ante un modelo verdaderamente inhumano.
Notas:
1.- Desde el 7 de junio, decenas de familias ocuparon un predio de unas 10 hectáreas, entre los barrios Guiñazú y Ciudad de los Niños. La Justicia comprobó que el lote pertenece a la firma Urbanor S.A. Por este hecho están imputados penalmente 267 vecionxs que pretendían construir viviendas dignas. La Causa esta en manos del fiscal Matheu.
3.- Cristian Daniel Guevara (23 años) / La Policía informó que se suicidó empleando una manta en la celda de la comisaria Nª 19. El letrado Esteban Vega dijo a la prensa que el joven de 18 años habría sido detenido con inusitada violencia, incluso con la utilización de una especie de picana eléctrica, según indicaron testigos ocasionales. La investigación de lo ocurrido esta en manos de la Fiscal de instrucción Jorgelina Gutiéz. Para la familia de Cristian, el joven fue ahorcado.