A donde van a ir a parar los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad que levanta occidente.
A donde irán mañana esas madres, padres, hijos/as, hermanos/as.
Quienes salieron a disfrutar la noche, quienes fueron a cenar y nunca volverán nos duele.
Me cuesta imaginar el infierno de quienes se quedaron esperando una llamada que les diga que su ser querido está a salvo.
Duele el solo hecho de pensar que mañana al amanecer no estará el esperado.
Inimaginable en dolor debe ser el peregrinar de quien estará tras los rastros del amigx o familiar que no ha vuelto, mientras en las noticias las cifras de muertos está en alza.
Y el mundo no reacciona.
Y la muerte se vuelve misteriosamente en natural.
Solo en Octubre de este año más de 70 Palestinos, la gran mayoría jóvenes y niños, fueron asesinados por el estado sionista de Israel.
PD: París también duele.