Por; @Josecomunicando
En la última semana hemos asistido como sociedad a la aplicación de un deliberado y rápido plan del entrante gobierno nacional que consiste en un conjunto de medidas que son apreciadas como antipopulares, no por los efectos inmediatos, sino por los efectos que se harían sentir en los próximos meses en la economía de los sectores populares.
Medidas tales como la devaluación del dólar y por ende la perdida de poder adquisitivo de lxs asalariadxs, el no control en la alza de precios en productos de primera necesidad, la eliminación de rentas al campo, los anuncios de achicamiento del gasto público (que en definitiva es el desfinanciamiento a la salud, educación publica), la búsqueda de desarticular la Ley de medios, el control político de la Suprema Corte de Justicia, el incremento de la deuda externa y el control de todos los Ministerios por parte de gerentes de empresas multinacionales, han generado un impacto en la sociedad que no termina de decodificar un anuncio para ser metido en uno nuevo de igual o mayor impacto que el anterior. La palabra que suena es la de “Shock”.
Hace unos años la periodista canadiense Naomi Klein, publico una investigación que se llama “La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre” en la cual analiza la teoría del economista neoliberal Milton Friedman, (padre de los Chicago Boys, equipo asesor de Pinochet en Chile) el cual sostiene: “Solo una crisis -real o percibida- da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo depende de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que ésa ha de ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes, para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable”. Para Klein este concepto se traduce en “esperar a que se produzca una crisis de primer orden o estado de shock, y luego vender al mejor postor los pedazos de la red estatal a los agentes privados mientras los ciudadanos aún se recuperan del trauma, para rápidamente lograr que las “reformas” sean permanentes”. Para la periodista canadiense «Un estado de shock no es algo que se produce cuando se produce únicamente algo malo, sino también cuando perdemos nuestra narrativa o nuestra Historia, cuando nos desorientamos”.
Este seria a grandes rasgos el método por el cual se logra implementar en países dependientes, planes económicos de corte neoliberal, gracias a fuertes impactos en la psicología social a partir de desastres o contingencias, provocando que, ante la conmoción y confusión, se puedan hacer reformas impopulares.
Claro esta que todos estos planes logran imponerse y sostenerse en el tiempo si logran la distracción de las masas, la construcción de falsos problemas y la pasividad o antipatía política.
En base a la investigación de Naomi Klein, los directores Michael Winterbottom y Mat Whitecross. realizaron el siguiente documental, el cual recomiendo ver y analizar para problematizar y aportar elementos al debate para comprender la acción política – económica del actual gobierno.