Pugliese, Pugliese, Pugliese… te trae suerte…

Que el tango te acompaña en las buenas y en las malas no hay dudas, algunos dirán más en las malas que en las buenas… pero lo cierto es que el clima que genera el tango es de una proximidad con lo cotidiano que explica el porque es un concepto identitario.

El gran maestro Osvaldo Pugliese y su orquesta típica, es una estrella que no detiene su andar. Esa orquesta que cuando, en la época de Perón, al maestro lo metían preso por ser comunista, tocaban con un clavel rojo sobre el piano en modo de protesta y respeto. Vaya uno a saber que cantidad de entradas a los calabozos habrá tenido Pugliese, pero siempre era unas horas antes de tocar y lo largaban un par de horas después que su orquesta terminaba la función.

Como es bien sabido, su orquesta era una cooperativa, en todos los planos, no tan solo en lo económico, donde todos cobraban equitativamente, sino también en lo musical, donde la asamblea de músicos decidía todo. Siempre pegado al rojo corazón, la orquesta lanzaba sus acordes. Los años y sus golpes de rebenque nunca pudieron con el gigante, el cual considero una vez que otros con menos carácter hubieran abandonado, o como le dijo en una carta enviada al periodista de derecha Bernardo Neustad una vez que este lo mando a callar cuando los 90 hizo declaraciones de defensa a la revolución cubana: Osvaldo le respondió: “soy un comunista, de esos que no se doblegan ante dificultades o fracasos”. Prueba de ello es el hecho que pese la orquesta de Osvaldo Pugliese estuviese prohibida para la radiodifusión, como medida de censura política, nunca dejaron de tocar y trabajar para popularizar el tango.

Bajo la revolución libertadora, en 1957, el gobierno militar ejecuto la “operación cardenal”, la cual consistió en la detención de varios comunistas quienes fueron trasladados al barco Paris. Pugliese estaba entre los detenidos y lo recordara como el julepe más grande su vida, ya que el Almirante Isaac Rojas había anunciado que hundiría el navio con los comunistas adentro.

La “Milonga para Fidel”, compuesta a inicios de la década del 60 le costo más persecución y la Policía Federal se encargó de destruir las copias de su obra y todo registro de aquella piesa singular, la cual tuvo la oportunidad de regalarle la partitura original al propio Fidel. En 1965 los fascistas destruían la productora independiente “Stentor” impulsada por Pugliese, donde se grabo la milonga.

En 1988, en el cierre del XI Congreso de la Federación Juvenil Comunista, tuve la oportunidad de conocer al maestro, el cual nos dijo: “Yo siempre he sido de izquierda. Durante muchos año vivi en un departamento y en el balcón alado del mio vivía una señora que adornaba su balcón con muchas flores, pero ese balcón daba a la derecha, y yo nunca miraba para allí, ya que soy de izquierda».

En estos días se cumplieron 23 años de su muerte, vaya un abrazo rojo al maestro.

Texto: @JoseComunicando

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