David puede seguir jugando en su sueño. Ni la bala asesina policial, ni los jueces, ni las capas de impunidad, ni los años pudieron contra él.
Esta parado ahí en la esquina, remontando barriletes, esperando a sus amigos, soñando sueños de amor, abrazos y risas. Mirándonos con mirada tierna y pícara, agradeciendo tanto amor.
Prometiéndonos que no nos olvidará.-
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Nota: Desde ayer, el policía Canovas, quien fusiló a David (13 años) en diciembre del 2001, está en la cárcel, luego de años de eludirla. Este triunfo es pese a la complicidad del poder político y judicial.