Heridos y alarmados por los logros de Cuba en la lucha contra la pandemia, y el abrumarte apoyo internacional a Cuba en las Naciones Unidas contra EEUU, el imperio activo una campaña mediática para contrarrestar el duros revés que la revolución cubana le ha dado nuevamente al país más poderoso del mundo.
Por: José Fernández

Hace dos semanas Cuba anunciaba la alta efectividad de una de sus 5 vacunas que está desarrollando. En aquella ocasión daba a conocer la efectividad del 92,28% de la vacuna Abdala, la cual se logra con la aplicación de 3 dosis. En paralelo continua en fase 2 y con muy buen pronostico la vacuna Soberana II, otra vacuna candidata desarrollada en la Isla, la cual alcanzó una efectividad del 62 por ciento. Este inédito y único logro por parte de un país de América Latina se alcanza pese a estar cercada por un bloqueo criminal que ya lleva más de 60 años, que no le permite acceder a tecnología y/o elementos para poder desarrollarse en condiciones de igualdad como el resto de los países, ya que en el caso de poder acceder, los costos son desde un 30% más que al resto de las economías del mundo.
No recuperado el imperio de esa abrumadora noticia, dos días después en la Asamblea de las Naciones Unidas, todos los países del mundo, (184 votos a favor, 2 en contra y 3 abstenciones) salvo EEUU e Israel, votaron en contra de las más de 200 medidas de bloqueo impuesto por EEUU hace 60 años. Sanciones que vienen afectado directamente y de modo trágico la vida de toda la población cubana, privándola hasta de los más elementales aspectos de la vida, como lo son el poder acceder a alimentos, medicamentos, electricidad, tecnología entre otros, para poder desarrollarse o funcionar como país.
Si comparamos los datos del impacto de la pandemia en Bélgica, un país europeo con población de 11 millones de habitantes, similar con los de Cuba, los datos arrojan que los muertos en Bélgica son de 2178 contra 124 muertos por millón en Cuba. Mientras que en EEUU son de 1846 muertos por millón. Estos datos parecieran caprichosos, pero a la luz de la campaña montada donde se instaló el SOSCuba, pidiendo intervención humanitaria ante el descontrol de la pandemia en la isla caribeña, los mismos dejan al descubierto lo falaz de dicho argumento.
Pero la narrativa mediática funciona con un perfecto nado sincronizado, haciendo foco en el descontento minúsculo expresado en unas provincias de Cuba, amplificando absurdamente de modo cuantitativo y cualitativo la situación. Para garantizar el oleaje de la fallidas protestas apelaron a copar las redes sociales con sus granjas de trolls.“La misma fue lanzada desde el exterior y ha tenido como referente al argentino Agustín Antonelli, (integrante de la derechista Fundación Libertad), un operador político de la derecha que ha participado en varias operaciones contra los procesos de izquierda en América Latina”, señaló el analista español Julián Macías Tovar el cual analizó la campaña montada contra Cuba.
El analista pudo identificar y señalar el comportamiento: “La operación hizo un uso intensivo de robots, algoritmos y de cuentas recién creadas para la ocasión, con el objetivo de hacer coro a los mensajes emitidos por los referentes de la campaña manipuladora”.
“La primera cuenta que usó el HT #SOSCuba relacionado con la situación de la COVID en el país fue una localizada en España. La misma puso más de mil tuits tanto el 10 como el 11 de julio, con una automatización de 5 retuits por segundos”, apuntó el portal Cuba Debate quien se hizo eco del informe del analista.
En estos días pudimos ver la desesperada, pero efectiva maniobra de manipulación para mostrar masividad, por parte de los medios y trolls, los cuales apelaron a imágenes de protestas en Egipto o los festejos en el Obelisco de Buenos Aires, luego del triunfo de Argentina en la Copa América o llegando a ilustrar con fotos de las protestas a favor de la revolución, en artículos donde se hablaba de marchas opositoras .
Lo concreto, más allá del indiscutible malestar (social – económico) que genera 60 años de bloqueo, es que la derecha logró instalar a escala mundial la ficción de un clamor popular en Cuba contra la revolución. Pero la realidad no se condice con la construcción mediática, la cual no es reflejo de un pueblo que pese a todas las adversidades continua abrazando y construyendo su independencia y soberanía iniciada el 1 de enero de 1959.