Con el nivel de cerco mediático, campañas desinformativas a favor y en contra de cada uno de los bandos, la tarea de chequear la información debe ser constante y siempre es complicado. Pero tomado en cuenta las declaraciones de un ex soldado argentino del Regimiento Infantería 14 del Ejercito Argentino (German Ferrero) quien a su regreso de Ucrania luego de 4 meses en combate, dio entrevistas a distintos medios, nos da la pauta de la existencia de mercenarios argentinos en Ucrania.
Cabe señalar que estos militares privados, fueron reclutados y pre seleccionados por la embajada de Ucrania en nuestro país. Fue el propio Ferrero quien lo expresó en las entrevistas dadas a medios de comunicación el año pasado y agregó que hay más ex soldados argentinos trabajando como mercenarios, bajo ese sistema de contratación.
Pero la jungla de estos que satisfacen, vaya a saber que tipo de perversión, como para ir a una guerra por plata, se le suma la presencia del ucronazi (Oleksandr Levchenko), un joven de casi 30 años, nacido en Ucrania llegado a nuestro país de niño.
El neonazi saltó a la fama luego de haber realizado diversos actos de gravísimos ataques racistas, homo y transfobico y contra mujeres junto a otros nazis en Mar del Plata. La prensa hizo referencia del siguiente modo: “Uno de los hechos más notorio cometidos por “La Banda del Rusito” fue la brutal golpiza a Astrid, una mujer transexual, a quien él junto a los jóvenes de su banda desnudaron y le destrozaron la mandíbula con una piedra.” Este y otros hechos lo llevaron a tener una condena de 9 años de prisión en el 2018.
Tres años después, la justicia argentina aceptó el pedido de extradición a una cárcel en Ucrania, a pedido de él y fue allí donde un año después se encontró en libertad, conformando el ejército ucraniano al estallar la guerra en aquellas tierras. La situación quedó en evidencia con un video que le envió Oleksandr a sus compañeros, vestido de militar y con fusil en mano.
En estos días, al cumplirse un año de la guerra en Ucrania entre Rusia y la OTAN, el patético informe de TN (“LA GUERRA I Lo que viví en Ucrania”), lleno de golpes bajos y efectista, de ruidos de tiros y bombas, no se detuvo un segundo a reflexionar sobre la presencia y gravedad de estas participaciones que inclusive se puede observar en el mismo informe al entrevistar a un combatiente con acento argentino que conforma las fuerzas ucranianas.
Nuevamente Nelson Castro defrauda como periodista, pero se muestra eficiente como operador, al dejar servida sobre la mesa la idea que la guerra es necesaria sin importar más y al no indagar y/o analizar los orígenes del conflicto.
Mientras tanto, al cumplirse un año de la guerra, en Berlín, más de 50 mil personas marcharon para exigir el fin del financiamiento y abastecimiento de armas a Ucrania en una de las mayores y más fuertes marchas en lo que va del Siglo XXI contra la OTAN.
Al mismo tiempo se va elevando el nivel de alerta en Moldavia, ya que las tropas ucranianas se van fortificando en las fronteras del sur, con la manifiesta intención de atacar / invadir aquel país que ha planteado su neutralidad. A la par que el Coronel Douglas Macgregor, que trabajó como asesor militar durante el Gobierno de Donald Trump, afirmó que el Ejército de Ucrania ejecuta a sus propios soldados cuando desertan.