Antorchas

24 de marzo es un día de lucha, de memoria, de aunar todos los puntos sueltos de nuestra historia como pueblo y luchar contra la impunidad.

No recuerdo bien que año, si fue en 1987 o 1988 se convocó a una marcha de antorchas, un punto más en esa larga batalla contra la impunidad. Las leyes de Punto Final y Obediencia Debida de Alfonsín estaban recientemente aprobadas, luego del alzamiento militar carapintada de Semana Santa de 1987. Faltaba un par de años para el indulto a los militares que daría Menem.

Con cumpas comunistas nos juntamos en la terraza de mi casa a preparar las antorchas. Llegaban a casa con palos de escobas viejos y trapos en la mano. Cada unx en la terraza armaba su antorcha, luego partimos a la concentración. Cuando llegamos notamos que varixs cumpas, viejxs militantes para nostrxs, nos miraban de reojo.

La concentración fue en una plaza que ya no existe frente a lo que es hoy el Patio Olmos, en la actual esquina de un lujoso hotel. Minutos después la marcha partiría rumbo a calle Chacabuco y de a poco se fueron prendiendo las velas y/o antorchas. Orgullosxs nostroxs nos dispusimos a prender las nuestras, con nuestrxs 16 o 17 años ya queríamos prender fuego a la impunidad.

Algunas de nuestras antorchas fueron un fracaso, se consumieron ràpidante, le faltaba trapo para poder resistir en el tiempo; pero otras encendieron e iluminaban la avenida y se abrían paso entre la gente. Algunxs tomaban prudente distancia de nuestro fuego, otrxs se reían y algunxs se acercaron para cagarnos a pedo. “Chicos!!! Ustedes están locos, van a quemar a alguien… a quien se les ocurre!!!” nos decían viejxs queridxs militantes. La verdad recuerdo que con mucho respeto nos importó tres carajos lo que nos dijieran, nuestras antorchas no se apagarían. Y así fue…

Ayer, en la marcha contra el aniversario del golpe de estado, me cruce a varixs de esos dementes, que en tiempos donde marchar por el juicio y castigo era cosa de delirantes y los vi con el fuego prendido.

Texto: @JoseComunicando