Como es bien sabido la ciencia se basa en hechos empíricos para poder corroborar sus hipótesis. En la lucha contra el CoronaVirus, hemos asistido de modo cotidiano al minuto a minuto de los avances, retrocesos e incertidumbres que generan las vacunas.
Pero en este tiempo ha habido algo que se sale de escala de cualquier método científico, y son las reacciones que las producciones vacunales de países que se encuentran por fuera de la orbita de Europa o EEUU generan en la derecha argentina.
De este modo pasamos de la vacuna con chip, al veneno liquido, a cuerpos imantados y cuando pensamos que ya habíamos escuchado todas las reacciones, aparece un referente de Junto por el Cambio alarmado por la vacuna cubana y anuncia suicidios en masa o su expresión desesperada de saber que una isleta con mas de 60 años de bloqueo está produciendo unas de las vacunas más exitosas del planeta.
