Tiempo antes de morir mi abuela me pasó algo que ella sabía que siempre había valorado, las herramientas de mi abuelo.
Desde hace más de 20 años siempre me han acompañado, les he dado un lugar en mi caja de herramientas, las he preservado y cuidado en todos las etapas. Cada tanto, siempre que abría mi armario de trabajo, consciente o no, me fijaba donde estaban y las movía para que sepan que las tengo presente.
Hace un tiempo se me rompió el taladro y hoy me encontré con la necesidad de arreglar unas guías de un cajón. El reflejo fue natural, buscar esas herramientas artesanales y redescubrir su magia intacta, esa que me permitió junto a la mano de mi abuelo arreglar el mueble.
Inevitablemente en cada giro sobre la madera le comentaba a mi abuelo lo útiles que son y lo bien que me va quedando la reparación.
Dicen que el tiempo es lineal, yo creo que solo es una herramienta, para reencontrarnos.